Antes del trasplante, se obtendrán muestras de médula ósea o células madre ya sea propias o de su donante. El procedimiento de obtención se denomina "cultivo de médula ósea o células madre". Obtenga más información sobre este procedimiento [1]. [2]
De tres a siete días antes del día del trasplante, tendrá que someterse a quimioterapia o irradiación corporal total. Este es el tratamiento de preparación o acondicionamiento.
El tratamiento de preparación se ha diseñado para destruir las células enfermas del cuerpo y para hacer lugar a las células madre sanguíneas nuevas y sanas.
El trasplante se realizará tras uno o dos días de descanso. Las células madre sanguíneas sanas se le infundirán en su organismo como cuando se hace una transfusión de sangre. Las células madre sanguíneas migrarán a las cavidades de los huesos, desde donde comenzarán a producir células sanguíneas nuevas en las siguientes semanas. A esto se le denomina injerto.
Durante las primeras semanas después del trasplante, el equipo médico le seguirá de cerca para detectar cualquier complicación, como infecciones, hemorragias o problemas viscerales. Si recibe las células madre de un donante, se controlará que no desarrolle la enfermedad injerto contra huésped [3] (EICH).
Cuando sea seguro darle el alta hospitalaria, se le llevará un seguimiento minucioso en las consultas externas.
- Si el trasplante se realiza con sus propias células madre, deberá estar cerca de las consultas externas durante unas cuatro semanas.
- Si el trasplante se realiza con las células de un donante, deberá estar cerca de las consultas externas durante unos tres meses.
Eventualmente, las visitas a las consultas externas serán menos frecuentes y estará listo para volver a casa, donde le atenderán los médicos locales.
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Actualizado en agosto de 2023