Efectos a Largo Plazo en Órganos y Tejidos luego del Trasplante de Médula Ósea o Células Madre

El trasplante de médula ósea o células madre puede causar dificultades en el corazón, pulmones y otros órganos años más tarde. Conocer los riesgos y el monitoreo de efectos tardíos es de vital importancia.

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Algunos de los fármacos que se utilizan en el tratamiento de preparación, en la irradiación corporal total y en la enfermedad injerto contra huésped crónica pueden afectar a sus órganos. En la mayoría de los casos, este daño es temporal y reversible.

La lista de posibles problemas para los órganos puede parecer abrumadora, pero tenga en cuenta que nadie experimenta todos esos problemas mientras que algunas personas no experimentan ninguno.

El protocolo asistencial posterior al trasplante que le dará el centro del trasplante lista las pruebas que debe hacerse periódicamente para asegurarse de que los órganos se mantengan sanos después de un trasplante.

A continuación, verá algunos de los órganos que pueden verse afectados, aunque no todos.

Problemas de la Vista después del Trasplante

Las cataratas son un efecto secundario frecuente del trasplante. Las cataratas pueden eliminarse mediante cirugía en una clínica ambulatoria.

Si ha tenido EICH crónica, podría experimentar sequedad de ojos después del trasplante y otros problemas de la vista. Presione aquí para conocer más acerca de los problemas de visión causados por la enfermedad injerto contra huésped después del trasplante.

Problemas Dentales después del Trasplante

La irradiación corporal total (TBI) y la GVHD crónica pueden provocar problemas dentales, como dientes flojos, pérdida de piezas dentales y sequedad en la boca.

Debería someterse a una evaluación dental anual para detectar y eventualmente tratar estos problemas.

Hay problemas adicionales que pueden ser causados por la enfermedad injerto contra huésped. Presione aquí para conocer más acerca de otros problemas dentales y orales causados por la enfermedad injerto contra huésped.

Problemas en los Huesos después de un Trasplante

En ocasiones, se produce una pérdida de densidad ósea (osteoporosis) después de un trasplante. Esta es más frecuente en las personas con las siguientes características:

  • mujeres;
  • ancianas;
  • menopáusicas;
  • inactivas;
  • de estructura pequeña;
  • tratadas con esteroides.

Si su densidad ósea es insuficiente, el médico puede recomendar:

  • hacer ejercicio;
  • tomar calcio;
  • tomar vitamina D;
  • someterse a terapia de reemplazo de estrógeno;
  • tomar bifosfonatos.

La necrosis avascular (disminución del flujo sanguíneo en los huesos) se produce en un 5-20 % de los pacientes que se han sometido a un trasplante con las células de un donante. El riesgo aumenta en las personas que:

  • son mayores;
  • han tenido anemia aplásica o leucemia;
  • se han sometido a irradiación corporal total;
  • han tratado su EICH con esteroides.

La necrosis avascular suele afectar a la cadera o las rodillas. En casos leves, el ejercicio puede ayudar. Para tratar los casos más graves, es necesaria la cirugía de reemplazo de articulaciones.

Mire un video sobre Salud Ósea después del Trasplante

Salud Cardíaca después del Trasplante

El riesgo de enfermedad cardíaca es hasta tres veces mayor que para la población general para los sobrevivientes de un trasplante alogénico (de donante). Puede disminuir el riesgo a través de: 

  • ejercicio:
  • dieta saludable;
  • control del colesterol y la presión arterial;
  • control del nivel de glucemia.

Mire un video acerca de la prevención y abordaje de los problemas cardíacos después de un trasplante

Problemas de Tiroides después del Trasplante

Muchos pacientes presentan una actividad tiroidea insuficiente después del trasplante. Los síntomas son:

  • aumento de peso;
  • sequedad de cabello o piel;
  • caída del cabello;
  • sensibilidad al frío;
  • constipación.
  • fatiga

En los niños, también puede afectar al crecimiento.

La afección puede tratarse con hormonas tiroideas administradas por vía oral.

Problemas Pulmonares después del Trasplante

Del 10 al 20 % de los pacientes que se someten a un trasplante con las células de un donante desarrollan una afección denominada síndrome de bronquiolitis obliterante (SBO) durante los primeros dos años después del trasplante.

El SBO no suele aparecer en los pacientes que se someten a un trasplante autólogo (usando su propia médula ósea o células madre).

Algunos de los factores de riesgo del SBO son:

  • antecedentes de EICH;
  • antecedentes de infecciones respiratorias víricas después del trasplante;
  • problemas respiratorios antes del trasplante;
  • ancianidad.

El SBO limita el flujo de aire que pasa por los pulmones. Los síntomas son:

  • tos seca;
  • disnea;
  • sibilancias.

No obstante, en torno al 20 % de los pacientes con el SBO no presentan síntomas durante las primeras fases de la enfermedad.

El SBO es muy difícil de tratar. Los mejores resultados se observan en los pacientes que comienzan el tratamiento al inicio de la enfermedad.

Eche un vistazo a esta presentación sobre el SBO y otros problemas respiratorios después del trasplante.

 

Problemas Renales después del Trasplante

Después de un trasplante, puede desarrollarse una nefropatía. El riesgo de desarrollo de una nefropatía es mayor en los pacientes con las siguientes características:

  • tienen un mieloma múltiple;
  • se trataron con irradiación corporal total (TBI);
  • tienen EICH crónica.

El tratamiento de la nefropatía dependerá del tipo específico de problema renal que tenga. Los análisis de sangre y orina pueden ayudar a detectar problemas renales. Si tiene problemas renales, asegúrese de indicar a su médico todos los medicamentos que toma, incluidos los suplementos a base de hierbas, ya que algunos pueden empeorar el problema.

Problemas Hepáticos después del Trasplante

Los pacientes que hayan recibido muchas transfusiones de sangre antes o durante el trasplante pueden desarrollar una sobrecarga de hierro, es decir, una cantidad elevada de hierro en la sangre. La sobrecarga de hierro puede:

  • aumentar el riesgo de infección;
  • afectar a la salud del hígado y el corazón.

La sobrecarga de hierro es habitual en las personas que se han sometido a múltiples transfusiones de glóbulos rojos antes y después del trasplante, como los pacientes con síndrome mielodisplásico (SMD), anemia aplásica grave, talasemia y anemia drepanocítica.

La sobrecarga de hierro generalmente se trata extrayendo parte de la sangre a través de un proceso denominado flebotomía. Este procedimiento es similar al que se usa cuando se dona sangre.

(Para ver esta página en inglés haga clic aquí).

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Actualizado en agosto de 2023.

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