Problemas de aprendizaje y memoria

Los problemas cognitivos —cambios temporales en la forma de procesar la información— son frecuentes después de un trasplante.

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Para muchos pacientes, un efecto secundario inesperado del trasplante son los cambios derivados del modo de procesar la información.

Se trata de cambios cognitivos, que pueden ser muy frustrantes tanto para el paciente como para sus cuidadores.

En algunos pacientes, los cambios son muy sutiles; en otros son más graves. Los pacientes pueden experimentar:

  • lapsus;
  • problemas de concentración;
  • dificultad para realizar múltiples tareas;
  • problemas de organización;
  • dificultad para recordar palabras durante una conversación.

Estos problemas generalmente disminuyen o desaparecen por completo con el paso del tiempo, aunque algunos pacientes siguen teniendo problemas cognitivos a largo plazo.

¿Cuál es el factor desencadenante de los problemas cognitivos después de un trasplante?

Los problemas cognitivos, a menudo denominados "trastornos posquimioterapéuticos" u "obnubilación quimioterapéutica", pueden estar provocados por varios factores, como:

  • dolor;
  • astenia;
  • depresión o ansiedad;
  • falta de sueño adecuado;
  • cambios hormonales;
  • medicamentos (p. ej.: analgésicos o antieméticos);
  • afecciones médicas (p. ej.: anemia o hipotiroidismo).

Las afecciones médicas son fáciles de tratar, así que pregúntele a su médico si estas pueden estar fomentando sus dificultades cognitivas.

Cómo abordar los problemas cognitivos después de un trasplante

Hay varias acciones que puede acometer para ayudar a abordar los problemas de atención y memoria.

  • El ejercicio puede ayudar a mejorar la memoria. No es necesario que sean ejercicios enérgicos. Puede resultar útil incluso hacer ejercicio durante períodos breves todos los días.
  • Duerma bien.
  • Fíjese una rutina, como estacionar en el mismo lugar todos los días o hacer las tareas diarias en un orden en particular.
  • Use reglas mnemotécnicas, como calendarios, planificadores diarios o recordatorios en sus dispositivos electrónicos para mantenerse organizado.
  • Evite el desorden. Esto abarca las distracciones visuales y auditivas, como un televisor encendido o las conversaciones en la misma habitación, mientras intenta concentrarse.
  • Desacelere el ritmo de vida, incluso en las conversaciones diarias. Piense en lo que quiera decir y exprese sus pensamientos uno por uno.
  • Repita y reformule lo que escucha en una conversación. Decir algo con sus propias palabras puede ayudarle a recordarlo.
  • Haga listas y dé prioridad a lo que deba hacer primero. Tache los elementos de la lista cuando los haya completado.
  • Créese una zona de memoria, es decir, un lugar en el que siempre coloque los objetos que necesitará al día siguiente, como llaves, cartera o gafas.
  • Utilice mecanismos de automatización cuando pueda. Asegúrese de que el sueldo le llegue directamente a la cuenta bancaria. Configure pagos automáticos y electrónicos a las cuentas habituales. Use temporizadores automáticos para encender y apagar los electrodomésticos.
  • No se estrese. Las clases de yoga y relajación reducen el estrés y esto ayuda con los problemas de memoria. Participar en grupos de ayuda o hablar con un orientador también puede reducir el estrés.
  • Conserve la energía. Programe las tareas en las horas del día en las que tenga más energía. Divida las tareas en segmentos factibles y descanse entre unas y otras.
  • No se estrese con juegos mentales. Es importante mantenerse activo mentalmente, pero no hay datos indicativos de que los juegos mentales mejoren la memoria después de un trasplante más que la lectura, un juego de cartas, un rompecabezas u otras actividades que requieran concentración. Elija la actividad que más le divierta y estimule.

Si experimenta cambios cognitivos graves o que interfieran en sus actividades diarias, puede ponerse en contacto con un neuropsicólogo. El médico le evaluará y desarrollará un programa terapéutico adaptado a sus necesidades.

El programa puede incluir:

  • tratamiento cognitivo conductual para volver a aprender ciertas destrezas cognitivas;
  • medicamentos.

Aunque la Administración de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU. no ha aprobado específicamente ningún fármaco para el tratamiento de los problemas cognitivos derivados de un trasplante, se han utilizado varios fármacos de forma extraoficial para ello, como:

  • metilfenidato (Ritalin®, Concerta® o Focalin®);
  • modafinilo (Provagil®);
  • antidepresivos para tratar problemas del estado de ánimo;
  • medicamentos para dormir.

Eche un vistazo a esta presentación sobre cómo abordar los cambios cognitivos en los adultos después de un trasplante.

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